Hacia la recuperación del Monte Doramas

El Cabildo de Gran Canaria emitió un comunicado anunciando la sustitución de varios cientos de eucaliptos (Eucalyptus globulus), 305 en concreto, por 15.000 plantas de monteverde, con especies resistentes de laurisilva como el barbuzano (Apollonias barbujana) y palo blanco (Picconia excelsa), además de fayas (Myrica faya) y brezos (Erica arborea), ideales para ocupar suelos degradados y facilitar la reforestación posterior con otras especies más sensibles. 

La transformación se ha realizado en el Parque Rural de Doramas en varias fincas privadas pobladas de eucaliptos, con la colaboración de sus propietarios, situadas en el antiguo Monte Doramas. Según la información del Cabildo se intervino en las fincas "Comandante", "El Rayo" y "San Fernando" situadas en los términos municipales de Firgas y Moya. Con el material obtenido de la tala de los eucaliptos se realizan fajinadas que son barreras de madera para proteger el suelo de la erosión, ya ensayadas en Los Tilos de Moya y se interviene en los tocones de eucalipto para evitar su rebrote. 

El Monte Doramas persistió hasta 1831 cuando sus últimas partes fueron entregadas en varias datas. Por un lado, al mariscal de campo y comandante general de Canarias Francisco Tomás Morales, con 952 has, en dos lotes. Uno de ellos de 129 fanegadas en la ladera noroeste del Lomo del Peñon y otro de 823 fanegadas entre el pueblo de Moya y El Tablero. Todo por el atraso de pagos por sus servicios en las guerras de la independencia en Venezuela. Posteriormente la amplió por compra o usurpación  hasta las 3.000 fanegadas. Otra data fue entregada en 1832 al Brigadier Ruperto Delgado, con 463 has en Santa Cristina, 437 en El Palmital, ambas en Guía y 26 fanegadas en la Hoya de los Tártagos, en Moya. Entre 1832 y 1836 se venden los restos de estas dos datas con lo que se extingue el monte público. 

La especie sustituida, el eucalipto, fue plantada con el fin de obtener madera rápidamente, por su rápido crecimiento, tanto para la agricultura como, en algunos casos, para la construcción y para desecar algunos suelos, como en las carreteras insulares. Es un árbol, originario de Australia, que absorbe gran cantidad de agua del subsuelo estimándose en ejemplares de gran porte unos 300 litros de agua diarios. Además de esto provoca la acidificación y empobrecimiento del suelo que va obteniendo un tono amarillento lo que dificulta o impide el crecimiento de otras especies. 

La política forestal que pretende la sustitución paulatina de las plantaciones de eucalipto por la formación vegetal propia de la zona favorece la recuperación de la biodiversidad canaria y, en este caso, del monteverde canario formado por el fayal-brezal y la laurisilva. Esta formación natural, que conformaba el monte Doramas, es además, una protección contra los incendios debido a su alta humedad por lo que este proceso paulatino resulta muy beneficioso. 

Por otro lado, la recuperación del monteverde favorece la introducción de las palomas de la laurisilva, como tan acertadamente se está haciendo con la paloma rabiche. No en vano, la restauración objeto de esta entrada forma parte del proyecto PostLIFE+Rabiche dirigido por el Cabildo y ejecutado por Gesplan. 

Esta política ha favorecido que se pasara en los últimos 20 años del 1% de monteverde que sobrevivió a la sobreexplotación, a un 5-6% de la actualidad. Este porcentaje está en crecimiento gracias a estas actuaciones públicas y a otras de colectivos como La Vinca, ademas de a la velocidad de proliferación natural de la laurisilva en condiciones favorables, como las que se dan en muchos sectores de su área potencial. Todo ello nos acerca más al paisaje mosaico protector contra los incendios y a contar con una masa de monteverde significativa al igual que las otras cuatro islas más occidentales del Archipiélago. 

Bibliografía

Santana, A., (2001). Evolución del Paisaje de Gran Canaria (siglos XV-XIX). Ediciones del Cabildo de Gran Canaria

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