EL URBANISMO TURBODESARROLLISTA SE SIGUE IMPONIENDO: EJEMPLO DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
El urbanismo en Las Palmas de Gran Canaria se caracteriza por un proceso en el que se produce una colonización urbanística intensa en zonas periféricas de la ciudad, como en el sector de Tamaraceite Sur, en el antiguo municipio de San Lorenzo, actual Distrito de Tamaraceite- San Lorenzo- Tenoya y la transformación urbana en la plataforma costera, con mayor intensidad en este momento, en el barrio de Guanarteme.
En este barrio se va produciendo la sustitución de la trama urbana dominada por casas terreras por otra en la que dominan los edificios de varias alturas. Este fenómeno no es nuevo, en una suerte de gentrificación, y ha tenido diversos impulsos a lo largo del tiempo.
Hace algunos años se construyeron dos edificios de gran altura y diseño llamativo, que ahora llaman singulares, en las cercanías de la Plaza de América y los medios de comunicación anunciaron la continuación de la Avenida Mesa y López hasta el Auditorio Alfredo Kraus. Esto supone una transformación total del barrio tanto en lo que se refiere a su trama urbana como con respecto a la población que reside en el mismo.
Para llevar a cabo este proyecto urbanístico se aprobó de forma definitiva por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, un paso previo en la ampliación de la Avenida Mesa y López el 27 de mayo de 2022. En la nota del Ayuntamiento se habla de "colaboración público-privada". Esto se puede leer como una cesión de suelo para viarios o pequeños espacios libres a cambio de "rentabilizar" otras parcelas con muchas alturas y también de, en un ejercicio de propaganda, "mejorar ambientalmente" el entorno al absorber parte del tráfico del interior del barrio. No se tiene en cuenta, como no, que en edificios de muchas plantas vive más gente que usará más coches por lo que la congestión de la zona aumentará.
En el caso del sector de Tamaraceite Sur, todo viene desde la construcción de la Fase I de la circunvalación a Las Palmas de Gran Canaria, inaugurada en 1999. Con la construcción se dejó una bolsa de suelo al sur del núcleo histórico de Tamaraceite. En esta bolsa de suelo se ha impulsado una amplia zona comercial, en una isla ya saturada de centros comerciales, y la construcción de miles de viviendas de renta libre, con algunas de protección oficial para maquillar un poco la operación especulativa. De este modo, se produce una saturación creciente de esta zona estando en un punto en el que, sin construir aún la totalidad de las viviendas planificadas, la saturación de vehículos resulta asfixiante. Se debe, en esta fase, a la atracción generada por los espacios comerciales y la ya numerosa población instalada en el distrito tras el ensanche urbano realizado a partir de 1998 para ocupar las áreas de suelo agrícola en abandono situadas entre el núcleo histórico de Tamaraceite y los barrios de autoconstrucción levantados en la década de los años 1980.
Esto como ejemplos de una política urbanística que han seguido los diferentes gobiernos municipales, independientemente de sus matices ideológicos, solo frenada por las diferentes crisis que se han producido en los últimos lustros como la crisis financiera de 2008-2014 en sus diferentes fases y la crisis provocada por la restricción de actividad económica para afrontar el Covid en 2020.
Se trata de un modelo turbodesarrollista que supone una aceleración constante en un territorio con recursos finitos aderezado por las agresivas campañas para atraer a trabajadores y trabajadoras remotos así como el desarrollo sin control de las viviendas vacacionales, todo ello con una afección directa sobre las familias trabajadoras para alquilar o comprar una vivienda digna.
Comentarios
Publicar un comentario