NOTAS SOBRE EL CORTIJO DE PARGANA Y CASAS DE CHO FLORES
El Cortijo de Pargana es uno de los cortijos pastoriles que se repartían por toda la geografía insular. Se trata de un cortijo que se encuentra en la Región de las Cumbres o “cumbreros”, una de las cinco grandes regiones en las que se caracteriza el pastoreo de Gran Canaria (Rodríguez Pérez-Galdós, C., 1985). En esta región aparecen otros cortijos como el del Nublo, o Nugro, de Los Hornos o de Huertas. Desde fechas muy tempranas tras la guerra de conquista tuvo uso pastoril ya que se concedieron datas de tierras ya a mediados del siglo XVI siendo constatada la tala del pinar de la Cumbre Central en el siglo XVII (Santana Santana, A., 2001).
En la actualidad el uso
ya no es ganadero habiéndose reforestado algunos sectores del cortijo con pino
canario (Pinus canariensis). Podemos encontrar otras especies, en este
caso silvestres, como el taginaste (Echium ssp.), el codeso (Adenocarpus
foliolosus), la retama amarilla (Teline microphylla) y tomillo (Micromeria
ssp.), entre otras. Gran parte del espacio se encuentra fuertemente
erosionado con la roca madre descubierta.
Dentro del Cortijo se
encuentran elementos etnográficos de gran interés como son la presa de Cho
Flores y el Charco Hondo, dos obras de mampostería para el almacenamiento de
agua que se adaptan a las características de la topografía. Destaca el paso de
La Plata, cuyo aspecto actual fue financiado por el terrateniente tirajanero
Antonio Yanez, para el movimiento de mercancías entre la Caldera de Tirajana y
el norte de la isla. Se trata de un camino de herradura de muy bella factura
que se encuentra en buen estado de conservación. Tiene una antigüedad desde el
siglo XIX, como se encuentra recogido en la FEDAC.
Otro de los elementos que
destaca son las Casas de Cho Flores, en la actualidad propiedad del Cabildo de
Gran Canaria y, en su momento, refugio para los pastores que llevaban sus
ganados por la zona en las mudás entre los pastos del norte de la isla y los de
la Caldera de Tirajana. Se encuentran en buen estado de conservación. También
datan del siglo XIX y están asociadas a una de las rutas de tránsito ganadero
más importantes de la isla, la Cañada de la Plata o Camino de la Plata. Cuentan
con varias instalaciones tradicionales, con una edificación de morada para los
pastores y varios espacios para guarecerse el ganado en una zona protegida de
los vientos y orientada hacia el sur.
En este cortijo, al igual
que en otros de cada isla, los pastores de Gran Canaria tenían sus refugios y
abrigos rutinarios asociados a las vueltas de ganado y pastizales tradicionales
de cada sector, así como a las principales vías pecuarias vinculadas a las
mudás o trashumancias estacionales de ganado aún vigentes en la isla en algunos
casos. Todavía es posible encontrar refugios y abrigos de pastores como el de
las Casas de Cho Flores por toda la geografía insular y en diferentes pisos
altitudinales, protegidos de los vientos dominantes y con acceso a nacientes de
agua (Rodríguez Betancor, M., 2014).
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