TÚNELES, PUENTES Y PRINCIPIO DEL FIN
El pasado 9 de febrero se inauguró el túnel que pasa bajo el
Faneque, en el recorrido entre El Risco y La Aldea. Se vende en los medios el
“gran logro” mientras por un lado se reivindican los viaductos (puentes) y por
otro se ponen plazos para su construcción. Si se justifica la obra por la
seguridad ya se habría logrado el objetivo y no serían necesarios los viaductos
ahorrando una gran cantidad de recursos que se pueden emplear en otras cosas
como, por ejemplo, la mejora de los servicios públicos en La Aldea.
En la misma línea, desde la presidencia del Cabildo de Gran
Canaria, se llama a terminar el anillo insular (de autovías) con el tramo entre
La Aldea y Mogán de modo que se mejore el "desarrollo económico". Esto quiere
decir que se abren nuevos espacios a la especulación y a la masificación así
como de la presión sobre los servicios públicos y elementos clave como el
abastecimiento de agua, suministro energético y tratamiento de residuos de todo
tipo.
A las justificaciones de la seguridad vial, matizadas ante
la siniestralidad de las vías rápidas, se suman las del "desarrollo económico",
en concreto, de La Aldea. Esto quiere decir que se pondrán en marcha proyectos
no autocentrados, es decir, que no estará entre sus objetivos un desarrollo
socioeconómico equilibrado para la población aldeana, sino para capitales
foráneos en busca de aumentar su tasa de beneficios creando y ampliando los
problemas señalados más arriba con la masificación como principal elemento
distorsionador de la calidad de vida de la población.
En diversos puntos se ha producido el mismo fenómeno como en
el Puerto de Mogán y Agaete, tras la llegada de vías rápidas y conexión por
barco en el caso de Agaete; Tamaraceite, que con la construcción de la vía de
circunvalación a Las Palmas de Gran Canaria se creó una bolsa de suelo que ha distorsionado
el equilibrio del antiguo municipio de San Lorenzo y tantos otros lugares.
Otra cuestión de gran importancia es el problema de la
vivienda. Ya se viven grandes tensiones que provocan la subida de precios en la
vivienda por el aumento de expectativas debidas a la compra por parte de
foráneos que no residen aquí. Esto ocurre tanto desde grupos empresariales o directamente especulativos,
como a nivel individual, con un mayor poder adquisitivo que aleja a la
población canaria del acceso a la vivienda, en razón de los bajos salarios tan
comunes en nuestro Archipiélago. En el caso de La Aldea, se desarrollará el
mismo fenómeno de modo que muchas personas jóvenes no podrán acceder a una
vivienda.
Todo ello señala con claridad que esta autovía no es
construida para mejorar la calidad de vida de la población aldeana sino para
facilitar el “desarrollo económico” de capitales especulativos al margen de
todo equilibrio, justo reparto y protagonismo de la población local.
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